
En un mundo donde lo visual ha dominado gran parte de la producción y transmisión del conocimiento, el sonido emerge como una dimensión esencial para comprender la complejidad de las sociedades. El documento sonoro, entendido como cualquier registro auditivo que capture sonidos significativos, es una fuente primaria de gran valor para la investigación.
A diferencia de los textos escritos, los documentos sonoros preservan la oralidad, la entonación, las emociones y los contextos culturales específicos. En el caso de México, un país con una rica diversidad lingüística y cultural, estos registros son fundamentales para estudiar tradiciones orales, lenguas indígenas, expresiones musicales y transformaciones sociales. Por ejemplo, las grabaciones de lenguas indígenas resguardadas en la Fonoteca Nacional permiten a lingüistas y antropólogos analizar variaciones dialectales, estructuras gramaticales y procesos de cambio lingüístico. Asimismo, los registros de música tradicional ofrecen insights sobre prácticas culturales, rituales y la evolución de géneros musicales. Estos documentos no solo son testimonios del pasado, sino también herramientas para entender dinámicas contemporáneas de identidad y globalización.

El documento sonoro tiene un carácter intrínsecamente interdisciplinario. En el campo de la historia, por ejemplo, las grabaciones de discursos políticos o testimonios orales permiten reconstruir eventos y contextos históricos desde una perspectiva más íntima y humana. En la antropología, los registros de rituales y narrativas orales ofrecen una ventana a las cosmovisiones y prácticas de comunidades indígenas y rurales. En los estudios culturales, el análisis de paisajes sonoros y música popular revela cómo el sonido refleja y configura identidades colectivas. Incluso en la educación, los documentos sonoros son recursos valiosos para enseñar historia, literatura y cultura de manera más dinámica y participativa.
A pesar de su potencial, el uso del documento sonoro en la investigación académica enfrenta desafíos. Uno de ellos es la necesidad de desarrollar metodologías específicas para el análisis de sonido que combinen enfoques cualitativos y cuantitativos. Asimismo, es crucial fomentar la formación de investigadores en el manejo de tecnologías de grabación, restauración y análisis sonoro. En este sentido, la Fonoteca Nacional de México, creada en 2008, se ha erigido como un espacio único en América Latina para la salvaguarda y el estudio del patrimonio sonoro. Su acervo, que incluye grabaciones de voces históricas, música tradicional, paisajes sonoros y expresiones orales, ofrece un vasto campo de investigación para académicos de diversas disciplinas.

La Fonoteca Nacional alberga uno de los acervos sonoros más importantes de América Latina, con más de 600,000 registros que abarcan desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. Entre sus colecciones destacan grabaciones de voces de personajes históricos, como escritores, políticos y artistas, así como registros de paisajes sonoros urbanos y rurales que documentan la transformación del entorno acústico del país. Algunos de los acervos sonoros que se resguardan forman parte del Registro Memoria del Mundo de México de la UNESCO, por ejemplo: «Archivo John y Colette Lilly: un testimonio sonoro y fílmico de la cultura wixárika de Tuapurie (1969-1983)»; «Nuestras culturas viven: música, voces y sonoridades de México (1972-2021)» y más recientemente: “50 años de radionovelas mexicanas” en Radio Educación (1974-2023)”; “Plaza públic”a, serie de Miguel Ángel Granados Chapa en Radio UNAM (1994-2011) y “Diálogos”, el legado periodístico de Margarita García Flores en Radio UNAM (1969-1985).
Estos documentos sonoros juegan un papel fundamental, pues mediante su análisis pueden contribuir de manera significativa en la investigación, ya que no solo son un recurso histórico y cultural, sino también una herramienta metodológica clave para estudios en campos como la historia, la antropología, la lingüística, la música y los estudios culturales. El documento sonoro, como fuente primaria, permite explorar dimensiones de la experiencia humana que otros medios no pueden capturar.
En un mundo cada vez más globalizado, donde las tradiciones orales y los paisajes sonoros están en riesgo de desaparecer, explorar, revisar y revalorar estos documentos es vital para asegurar que estas expresiones sigan siendo parte de nuestro patrimonio cultural y académico.

Referencias
Fonoteca Nacional de México. (s. f.). “Acervo sonoro”. Recuperado de https://fonotecanacional.gob.mx
Smith, M. (2004). Listening to Nineteenth-Century America. University of North Carolina Press.
Truax, B. (2001). Acoustic Communication. Ablex Publishing.