El pasado 27 de octubre de 2020 Salome Zourabichvili, presidenta de Georgia, publicó un mensaje en sus redes sociales por motivo del “Día del Lenguaje Abjaso” en el cual aseguraba que su gobierno tenía una responsabilidad en la protección del idioma abjaso, mismo que se encuentra registrado por la UNESCO en peligro de extinción. Zourabichvili reconocía que Georgia debía trabajar en proteger su futuro común, su herencia cultural y su identidad.

En su sitio de internet la UNESCO designa varias lenguas en peligro de extinción que se hablan dentro del territorio georgiano internacionalmente reconocido (hay que recordar que desde el 2008 Rusia ocupa territorios georgianos). Junto al abjaso encontramos otras lenguas minoritarias de Georgia, como el bats (del cual hemos publicado anteriormente un artículo), bothan neoaramaico, laz, homshetsma, mingreliano, osetio, griego del ponto, svan, udi y urum.

Zourabichvili, nacida en París en 1952 en el seno de una familia georgiana exiliada en Francia, es la primera mujer en ocupar la Presidencia por votación directa, cuenta con estudios en el Instituto de Estudios Políticos de París y en la Universidad de Columbia y desempeñó varios cargos en la diplomacia francesa antes de regresar a Georgia y fungir como la primera mujer en ser Ministra de Relaciones Exteriores.

Con la fundación del partido “Camino de Georgia” en 2006 Zourabichvili se involucró de lleno en la política partidista georgiana y un año después su organización política se sumaría a la coalición de oposición. En el 2009 Salomé publicaría un polémico libro titulado La tragédie géorgienne 2003-2008 en el que critica al expresidente Saakashvili al considerarlo heredero del antiguo régimen estalinista, y que la colocaría en el centro de la polémica con Moscú años después, como veremos en la segunda parte de esta reflexión.

Zourabichvili apoyó en 2017 a Emmanuel Macron en su campaña presidencial, lo que significaría una de sus últimas acciones como francesa, pues la ley georgiana prohíbe que las personas que busquen la presidencia de Georgia tengan doble nacionalidad. Salomé renunciaría a su ciudadanía francesa para contender en las elecciones presidenciales de 2018 como candidata independiente aunque con el apoyo del partido Sueño Georgiano.

Durante su campaña electoral Zourabichvili buscó el equilibrio entre Rusia y la Unión Europea pues si bien la política exterior georgiana tiene un fuerte componente pro-UE, también es cierto que la guerra ruso-georgiana de 2008 ha motivado la búsqueda de posiciones más balanceadas entre los sueños europeos y la influencia rusa.

Salome Zourabichvili llegaría a la presidencia de Georgia el 16 de diciembre de 2018 después de vencer en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con un contundente 60% de votos a favor y con varios desafíos entre los que destacan impulsar la apuesta europea del país; lograr una solución para los territorios secesionistas y ocupados por Rusia de Abjasia y Osetia del Sur así como resolver algunas disputas territoriales entre Georgia con Armenia y Azerbaiyán, sin olvidar el combate a la corrupción y las mejoras económicas y democráticas que la sociedad georgiana, mayoritariamente joven, exigen de sus políticos. En esta reflexión nos enfocaremos en las relaciones abjaso-georgianas, su historia, evolución y actualidad.

Abjasia

El fin de la Unión Soviética tuvo consecuencias agridulces en el Cáucaso del Sur, por un lado Armenia, Georgia y Azerbaiyán recuperaron su independencia perdida en el periodo soviético, pero por otro, dichos países, ahora independientes, heredaron disputas y conflictos territoriales y fronterizos limitan tanto la gobernabilidad de cada Estado como el desarrollo de la región.

Mucho se ha debatido si fue Stalin, con su política de nacionalidades, quien originó dichas disputas fronterizas o si las mismas ya existían y el régimen estalinista simplemente las exacerbó. Más allá de dicho debate es indudable que Stalin estableció un sistema de divisiones administrativas en el Cáucaso soviético (sin olvidar sus deportaciones masivas y asesinatos) con el objetivo de consolidarse en el poder. Los conflictos y disputas de Nagorno Karabaj, Osetia del sur y Abjasia y en un segundo nivel Adzaria y Nackchivan son un legado envenenado que sigue afectando negativamente el desarrollo del Cáucaso del Sur.

Los abjasos son una nación caucásica de entre 200,000 a 500,000 personas y cuya homeland se ubica en la costa del Mar Negro dentro del territorio internacionalmente reconocido de Georgia. Han coexistido con los georgianos por muchos siglos, pero siempre manteniendo la diferencia étnica entre ellos. Relacionados en términos étnicos con las naciones circasianas del Cáucaso del norte (cherkesos, kabardinos, shapsugs y ubyshs) los abjasos se denominan a sí mismos apsua y a su homeland, Apsny.

El idioma abjaso es parte del grupo idiomático caucásico conocido como “abjaso-adigueyo” y se distingue por su gran cantidad de consonantes (por lo menos 68) y por la velocidad con la que se habla. El pueblo abjaso está compuesto por cuatro subgrupos, que son: los Gudauta, Abzhui y Abaza musulmanes, así como por los Samurzakan cristianos, el subgrupo más pequeño. La cultura abjasa se basa en costumbres y tradiciones antiguas en las que su espíritu guerrero ha dejado impronta en su memoria colectiva, objeto y víctima de constantes invasiones y agresiones a lo largo de su historia.

La investigación histórica muestra que el pueblo abjaso habría adoptado el cristianismo durante el siglo IV, y para el año 740 las fuentes hablan de la existencia de un reino abjaso independiente, mismo que se incorporó a Georgia en 1008. Como toda la región del Cáucaso, el hogar abjaso no escaparía a la influencia y el control de imperios vecinos más poderosos, y para 1578 Abjasia se convertiría en un protectorado turco otomano. Es importante destacar que durante el control turco-otomano una parte de los abjasos (que hoy asciende a 20% del pueblo abjaso) adoptaría el islam, con lo que dejaron tras más de mil años de vida cristiana.

Abjasia caería bajo control ruso en 1810, este lo transformó en un protectorado, pero con la victoria rusa en 1864 en las llamadas “Guerras Caucásicas” el último príncipe abjaso sería forzado al exilio y Abjasia se anexaría a Rusia, lo que provocaría una serie de insurrecciones armadas y resistencia local entra las que destacan los levantamientos de 1866 y 1877. La represión zarista sería cruel (patrón que se registraría en todo el Cáucaso) y provocaría la expulsión de más de 70 mil abjasos de su tierra natal en dirección a tierras otomanas.

Los rusos zaristas no solo abolieron el principado abjaso, sino que implementarían una política de renombramiento de la zona por la cual Abjasia se pasaría a llamar “Distrito Militar de Sokhumi”. Hay que destacar que el genocidio sufrido por los pueblos circasianos (incluidos los abjasos y Ubykhs) se llevó a cabo quince años antes que el genocidio armenio, pero es mucho menos conocido en Occidente.

Por su tendencia a la rebelión e insurgencia al poder zarista las autoridades rusas clasificaron a los abjasos como un pueblo culpable y peligroso y prohibieron su residencia en amplios sectores de la costa del Mar Negro mientras que fomentaban la inmigración de griegos, armenios a Sokhumi así como de mingrelianos y svans a las villas abjsas destruidas y despobladas lo que alteró la demografía de la zona por lo que para el inicio del siglo XX los abjasos sólo representaban la mitad de la población en su propio hogar natal.

Los abjasos, así como otras naciones del Cáucaso, declararon su independencia en 1918 aprovechando el vacío de poder que generó la Revolución Rusa y el enfrentamiento posteriores entre las facciones revolucionarias, sin embargo, fueron vencidos por los mencheviques georgianos que tomaron el control tanto de Abjasia como del puerto de Sochi.

Para el verano de 1921 los bolcheviques eran dueños absolutos del Cáucaso. A diferencia del control zarista anterior, los soviéticos establecieron su control en la zona con el apoyo y complicidad de muchas personas originarias de la misma. La era soviética en el Cáucaso fue muy compleja y con episodios contradictorios que mezclaron violencia, rusificación y modernización que, a largo plazo, sentaron las bases de los movimientos nacionalistas de la década de los noventa del siglo XX.

En julio de 1921 Stalin, en ese entonces Comisario bolchevique para las Nacionalidades, hizo una visita a su natal Georgia en donde se llevó a cabo una decisiva reunión de la Oficina del Cáucaso que se enfocó en decidir sobre algunas de las disputas territoriales de la zona. Entre otras decisiones trascendentales de dicha reunión estuvo la de mantener a Nagorno Karabaj bajo control azerbaiyano en detrimento de los reclamos armenios y la creación de una Federación Transcaucásica que uniera económicamente  a las repúblicas de Georgia, Azerbaiyán y Armenia.

Desde la postura utópica bolchevique de la liberación de las clases sociales, pasando por el autoritarismo estalinista hasta la época de Brezhnev en la cual se consideraba a la URSS como un Estado multinacional en el Cáucaso se fueron estableciendo patrones de violencia política, negación del otro, posturas primordialistas y creación de élites corruptas que dominan la región hasta nuestros días.

Si bien el estatus legal de Abjasia dentro del sistema soviético fue ambiguo y cambiante, lo cierto es que para 1931 se le degradó a una República Autónoma dentro de la Georgia soviética, una decisión contraria a la voluntad popular abjasa. Una figura importante en este periodo fue Nestor Lakoba, un popular líder bolchevique, quien logró preservar cierta autonomía abjasa hasta que fue envenenado por Lavrenti Beria en diciembre de 1936 durante una cena (otras versiones afirman que fue en una Ópera).

Sería Beria quien impondría una recia política de georgenización en Abjasia que llevó a que en 1939 sólo 20% de la población de la zona fuera étnicamente abjasa. El idioma abjaso empezó a escribirse en el alfabeto georgiano y su enseñanza fue prohibida en el sistema educativo para favorecer el aprendizaje del ruso y georgiano.

Este proceso de georgenización fue apoyado y promovido por los círculos académicos (proceso similar al que se registró en Turquía con su población kurda). Ejemplo de lo anterior fue la aseveración del profesor Pavle Ingorokva de que “de hecho los abjasos son tribus étnicamente georgianas y los abjasos actuales sólo arribaron a Abjasia en el siglo XVII”[i]

En cuanto a las naciones y los grupos étnicos hay que destacar que no hubo una única ni consistente aproximación del poder central soviético, pues si bien algunas de ellas gozaron de programas de protección y promoción, otras fueron objeto de persecución, deportación, violencia y asimilación. El caso de los abjasos es un ejemplo de sometimiento, expulsión y negación tanto de su derecho a la autodeterminación nacional como del derecho a la preservación de sus características distintivas culturales.

En 1943 Joseph Stalin ordenaría la deportación de los abjasos y aunque dicha propuesta no se materializó surgió una nueva amenaza para el pueblo abjaso: la represión y asimilación georgiana. Desde Tbilisi se promocionó y motivó el asentamiento de georgianos étnicos en Abjasia con el objetivo de reducir la importancia demográfica de los abjasos en su homeland histórica.

Con Stalin y Beria muertos la política georgiana de asimilación se detuvo y dio paso a un periodo durante el cual el idioma abjaso retomó el abecedario cirílico, se condenaron oficialmente las teorías que negaban el origen étnico diferenciado abjaso aunque continuó el flujo de inmigración rusa y armenia a la zona. En la década de los setenta surgió una élite intelectual abjada que comenzó a plantear la separación de Georgia y la adhesión de Abjasia a la Federación Rusa.

En 1989, mientras Georgia rechazaba el control soviético y experimentaba un nacionalismo revolucionario antirruso, se fraguaba una disputa en la región autónoma de Abjasia. El 18 de marzo de 1989 los líderes políticos abjasos convocaron a un “Forum del Pueblo” en la villa de Lykhny en el cual más de 30 mil personas se manifestaron a favor de la separación de Abjasia de la Georgia soviética, la declaración de la República Soviética de Abjasia y ponerse bajo la protección de Moscú.

Líderes nacionalistas georgianos como Zviad Gamsakhurdia y Merab Kostava rechazaron las manifestaciones separatistas abjasas y reclamaron a Moscú lo que ellos designaron como “colonialismo” ruso en detrimento de los derechos nacionales georgianos. Al culpar a Moscú de apoyar al secesionismo abjaso el movimiento político georgiano tomó un fuerte cariz antirruso y antisoviético desde sus inicios y muy pronto también adquirió connotaciones racistas en contra abjasos y osetios.

Tres años después, el 14 de agosto de 1992, se iniciaría una guerra entre Abjasia y Georgia que será el objetivo de la segunda parte de esta reflexión.

De Waal, Thomas. (2010) The Caucasus. An Introduction. Nueva York: Oxford University Press.

Marshall, Alex. (2010). The Caucasus Under Soviet Rule. London: Routledge.

Minahan. James. (2016). Encyclopedia of Stateless Nations. Colorado: Greenwood.

Trier, Tom, Hedvig Lohm, and David Szakonyi. (2010). Under Siege: Inter-Ethnic Relations in Abkhazia. New York: Columbia University Press.

YAZKOVA, Alla. (2012). Conflicts in the Post-Soviet Space: an Abkhazian Study, The Caucasus & Globalization 6:1.

*Publicado originalmente en: https://orientemedio.news/abjasia-las-bases-del-conflicto-primera-parte-el-camino-a-la-guerra/ Reproducimos, con correcciones, con permiso de su autor.


[i] Thomas de Waal. The Caucasus. An Introduction, p. 151.