Self Isolation soundscapes // Entrevista a Juanjosé Rivas

La pandemia nos propuso otra forma de trabajar y relacionarnos: home office, teleeducación y videoconferencias es nuestra nueva realidad. El llamado a quedarnos en casa nos obligó al autoaislamiento desde hace más de diez meses.

Durante este tiempo de confinamiento el artista visual y sonoro Juanjosé Rivas desarrolló el proyecto Self Isolation soundscapes, una serie de grabaciones de campo e improvisación sonora con medios electrónicos desde la ventana de su estudio en el Centro de la Ciudad de México. Este proyecto nace y habita el espacio digital y se puede ver en la cuenta del artista: @jrivasmx IGTV. Tuvimos la oportunidad de platicar con él y esto fue lo que nos dijo.

Jerónimo.- ¿Cómo nace la idea del proyecto?

Juanjosé Rivas.- El proyecto nace de una actividad un poco azarosa. La idea inicialmente era probar un equipo de grabación y ver la calidad de transmisión online. Después se convirtió en una actividad que decidí hacer a diario como una especie de bitácora, pero sin ninguna pretensión artística o estética más que el registro audiovisual del paisaje a través de mi ventana.

Gran parte de los proyectos o piezas que realizo inician como ejercicios cotidianos que pueden o no evolucionar en piezas o proyectos artísticos. Creo que todo es parte de un proceso de observación y escucha de fenómenos cotidianos que a primera vista podrían parecer simples o sencillos y que poco a poco revelan distintas capas de información y que pueden convertirse en materiales sensibles capaces de transmitir algo distinto.

J.- ¿Por qué elegir una plataforma como Instagram para su trasmisión?

JJR.- Lo de Instagram fue una decisión técnica y formal porque necesitaba probar el equipo de grabación portátil que se conecta directamente con el teléfono celular, así que en vez de guardar en el carrete del teléfono, decidí subirlos a la aplicación de Instagram y explorar las posibilidades y limitaciones de la plataforma.

J.- ¿Qué diálogos se han generado por medio de este proyecto?

JJR.- Creo que lo interesante de las plataformas digitales es el intercambio y la posibilidad de interactuar con distintas propuestas similares alrededor del mundo. Existe un gran número de personas y artistas que están buscando opciones para seguir trabajando y proponiendo distintas formas de asimilar lo que vivimos durante la pandemia; la imposibilidad del desplazamiento físico nos ha llevado a cambiar la forma en como nos comunicamos con nuestros amigos y seres queridos; de enterarnos cómo están y cómo viven la pandemia. Es un momento de mucha sensibilidad, y considero que dialogar y compartir experiencias se ha vuelto urgente.

J.- Entendemos que el proyecto tiene también una versión física que se consolida en una postal/disco, ¿cuál es la idea de este registro?

JJR.- Justo en la exploración del diálogo, en la búsqueda de cercanía y de generar encuentros pensaba en cómo era esa comunicación antes de las plataformas digitales y en cómo sería este proyecto en un escenario apocalíptico donde la energía eléctrica y el desplazamiento fuesen imposibles; también recordaba el trabajo del artista conceptual japonés On Kawara que se dedicaba a registrar algunas acciones cotidianas y presentarlas en formato de pinturas, recortes y postales físicas. Sus obras como “One Million Years”, su proyecto “I´m still alive” o su serie de postales “I got up at” hicieron resonancia en mí y cobraron un nuevo sentido en este momento y en el contexto en el que estamos viviendo.

Siempre he tenido cierto gusto por los formatos muertos u olvidados y la idea de las postales como esa imagen que da cuenta de un viaje o de un tiempo en específico, aunado a la grabación sonora de un sitio en particular, se me hacen increíblemente bellas.

Además, la idea de la postal y de poder retratar un momento y espacio especificos y poder enviarlo físicamente contrasta con la velocidad a la que estamos acostumbrados en la actualidad; creo que el consumo de materiales digitales es completamente distinto al de los objetos físicos, no sólo por su velocidad y ligereza, sino también por el esfuerzo y su fugacidad.

Creo que existe en la postal física algo que va más allá de la nostalgia por un formato olvidado, y que en estos momentos en donde la movilidad y el desplazamiento físico se han visto tan afectados la postal se vuelve una manera más cercana y tangible de compartir e intercambiar emociones. Y creo que la idea de una postal en formato Flexidisc amplía la idea del paisaje fotográfico permitiéndonos acceder al universo sonoro de la imagen y el contexto en donde se generó. Una postal en la que puedes ver y escuchar un tiempo y un espacio específico que está pasando por un momento histórico oscuro y complicado, cuando las emociones y el intercambio de afectos se han vuelto tan complicados, cumple la función de un abrazo, una caricia o un beso.

J.- ¿Has desarrollado otros proyectos en este tiempo de encierro, en qué estás trabajando?

JJR.- He estado dibujando a partir de las grabaciones para generar una especie de políptico/mural o de paisaje gráfico modular, pero todavía es algo que está en busca de un formato de salida. También recibí una invitación por parte de la curadora Bárbara Perea para desarrollar una segunda edición de postales con una nueva grabación hecha específicamente para exhibirse en Austria, en el MUME, proyecto del artista Oscar Cueto. La idea es crear una exhibición que llevará por titulo I’m still Listening” y que comprende una serie de proyecciones audiovisuales en espacios públicos y la distribución de las postales y sesiones de escucha en parques y plazas públicas de Austria. Solo estamos esperando que las autoridades austriacas levanten el lockdown y se puedan llevar a cabo actividades públicas.