En el vasto paisaje de las series sobre narcotráfico que ha producido Netflix, Griselda emerge como un relato poderoso y provocativo. Esta serie nos sumerge en el intrigante mundo de la narcotraficante colombiana Griselda Blanco, apodada la «Reina de la Cocaína». Sin embargo, más allá de la fascinación por la vida de esta figura histórica, Griselda nos ofrece un análisis vívido de los entramados geopolíticos que impulsaron y afectaron el ascenso y la caída de este personaje.

Para comprender el impacto geopolítico de esta serie, es esencial sumergirse en el contexto de la época en la que se desarrolla. En la década de 1970 y 1980, Colombia se encontraba inmersa en una compleja red de factores políticos, económicos y sociales que crearon un caldo de cultivo perfecto para el surgimiento del narcotráfico.

Uno de los aspectos más destacados de Griselda es su exploración del papel de Estados Unidos en la expansión del narcotráfico colombiano, pero en específico nos ofrece una mirada profunda a un momento histórico crucial: la llegada de los Marielitos cubanos a Estados Unidos en 1980. Esta migración masiva tuvo un impacto significativo en la vida de Griselda Blanco y en el paisaje criminal de Miami, un aspecto que la serie explora con detalle y sensibilidad.

Para comprender la importancia de los Marielitos en Griselda, es necesario contextualizar este evento histórico. En 1980, Fidel Castro anunció que cualquiera que quisiera abandonar Cuba podría hacerlo a través del puerto de Mariel. Lo que siguió fue una oleada masiva de migrantes cubanos hacia Estados Unidos, incluyendo no solo a aquellos que buscaban libertad política, sino también a criminales y pacientes psiquiátricos que el gobierno cubano incluyó en la lista de emigrantes. Esta mezcla de personas, desde refugiados políticos hasta individuos con historiales criminales, llegó a Florida en barcos abarrotados, desatando una serie de problemas tanto para los recién llegados como para las comunidades locales en Miami.

En Griselda, vemos cómo esta oleada de Marielitos impacta directamente en la vida de la protagonista. Como una de las figuras más prominentes en el bajo mundo de Miami, Griselda se encuentra repentinamente con una nueva fuente de reclutas y competencia. La serie muestra cómo ella, junto con otros líderes del crimen organizado, reclutan a algunos de estos recién llegados para expandir sus operaciones criminales.

Los Marielitos, muchos de los cuales llegaron sin recursos y sin conexiones en su nuevo país, se convierten en una fuerza laboral fácilmente explotable para los narcotraficantes como Griselda. Los vemos envueltos en actividades ilegales, desde el tráfico de drogas hasta el lavado de dinero, en un intento por construir una vida mejor en un lugar desconocido y a menudo hostil.

Además de su impacto en el mundo del crimen, los Marielitos también dejaron una marca indeleble en la sociedad y la cultura de Miami y Estados Unidos en general. La serie Griselda nos muestra cómo esta nueva ola de inmigrantes cubanos fue recibida con una mezcla de esperanza y temor. Por un lado, representaban la lucha por la libertad y la oportunidad de una vida mejor. Por otro lado, la presencia de criminales entre ellos alimentaba los estereotipos y la xenofobia. Este conflicto se refleja en la serie a través de los personajes y las interacciones de Griselda con los Marielitos. Vemos cómo algunos de ellos encuentran un lugar en la estructura criminal, mientras que otros luchan por integrarse en una sociedad que a menudo los ve con desconfianza.

Así, en Griselda, la importancia de los Marielitos cubanos va más allá de ser simplemente un telón de fondo histórico. La serie nos muestra cómo esta migración masiva influyó en la vida y carrera de Griselda Blanco, y cómo transformó el paisaje criminal de Miami en la década de 1980. A través de personajes ficticios y reales, la serie explora las complejidades de esta comunidad recién llegada: sus sueños de libertad, sus luchas por sobrevivir en un mundo de criminalidad y la forma en que fueron vistos y tratados por la sociedad estadounidense. Su presencia en la serie no solo enriquece la trama, sino que también nos lleva a reflexionar sobre temas de identidad, oportunidad y los complejos vínculos entre la migración y el mundo del crimen.