la parda grulla en el erial crotora.

J. M. Othón

I

En la Biblioteca de Sonidos de Aves de México

los silbidos están registrados por especies,

Hay:

Gruiformes

Cuculiformes

Trogoniformes

Podicipediformes

Ciconiformes

Phoenicopteriformes

Falconiformes…

A su vez,

cada una de éstas,

tiene subespecies,

familias.

De la primera especie,

las gruiformes,

existen nueve familias,

fueron bautizadas así

por los romanos,

que les decían «Grus»

y éstas eran

el ave de Apolo.

En el año 1603

la constelación de la Grulla

fue descrita por Johann Bayer

en el hemisferio sur de la esfera celeste,

entre 37° S y 56° S de declinación,

entre 21 horas 25 minutos

y 23 horas 25 minutos de ascensión recta.

Los gruiformes tienen poco común entre sí,

sin embargo,

están relacionados genéticamente.

II

Mi papá me enseñó a silbar desde pequeño,

no el silbido arriero

o el que sirve para apoyar a un equipo

o el que se hace cuando se va el camión;

su silbido era más próximo

al de las películas de Pedro Infante:

un silbido de labios parados,

sin la lengua hecha taco

ni ocupando las manos:

un silbido de ave.

Su sonido era algo así como:

FIU FIU FU,

FU FUI  FUI FUI

FIU FIU FU

Todas las noches,

de lunes a viernes,

de septiembre a diciembre,

de enero a julio

durante el periodo escolar,

Durante más de cinco generaciones completas de nivel básico

era el sonido que avisaba su llegada a casa.

Este silbido comenzaba desde lejos

y como una ola

iba creciendo por la calle

vacía,

desolada,

y

al llegar a la puerta

rompía en nuestros corazones.

El origen de este sonido es desconocido,

no hay registro de su nacimiento

ni historia tras de él

(o al menos nunca me entere de ello);

llegó a mí natural

cuando aprendí a balbucear:

papá.

III

En la pandemia,

en ese confinamiento cuasi eterno,

comencé a escuchar a las aves.

Día tras día,

al amanecer,

recostado en la cama,

abría mis oídos

y cerrando los ojos

trataba de distinguir

sus diferencias,

sus sutiles matices

sus disimiles tonos,

pero

sobre todo

notaba

sus particularidades.

Ese ejercicio de escucha

lo hacía en secreto.

Todos los días

realizaba apuntes invisibles,

y tras algunos días

ya sabía reconocer a algunas aves y sus tonos.

Los invisibles apuntes de aquel ejercicio

quedaron registrados

hasta el día 294

de la pandemia

que murió mi padre.

Ese 19 de enero

a las 3:40 am

la comunicación se interrumpió;

el amanecer fue silencioso,

frío,

con los ojos abiertos,

y del cual solo recuerdo

el dolor,

la tristeza,

la incertidumbre,

el mutis del mundo.

IV

En México hay 1,117 especies de aves,

de ellas,

365 se encuentran en la ciudad.

Haciendo cuentas

y sumando

a las aves migratorias residentes

por temporada,

que algún día

escucharé

de nuevo

el silbido de mi padre

(o algo parecido),

que sabré distinguir

de la grulla gris,

La grulla trompetera,

La garceta grande,

La garza azulada,

Y el tántalo americano.

Los gruiformes tienen poco común entre sí,

sin embargo,

están relacionados genéticamente.