300+ días es un proyecto que registra la pandemia y busca visibilizar su efecto en el ámbito artístico y cultural.
Nombre: Mariana Arteaga
Disciplina // Transdisciplina: Artes Vivas ¿?
Semblanza
Originaria de la CDMX. Directora Artística, coreografía, curaduría, performer. Sus inquietudes artísticas se orientan hacia la exploración del espacio público, colectividad, el derecho al goce y la coreografía y el baile como potencias políticas y el cuerpo archivo. Su trabajo artístico ha podido expandirse a nivel internacional a países como Japón, Estados Unidos, Colombia e Indonesia, por mencionar algunos.
Jerónimo.- ¿Cómo has sobrevivido esta pandemia, has tenido apoyo por parte de alguna institución?
Mariana Arteaga.- Tenía ahorros después de hacer un proyecto grande en Estados Unidos y empecé a introducirme en el mundo de la inversión, donde he generado ingresos. También desarrollé dos proyectos en línea y fui invitada algunas veces a mesas de diálogo que abordaban temas sobre el cuerpo, colectividad y el baile.
J.- ¿En tu disciplina artística qué estrategias se han implementado para sustituir o reemplazar la presencialidad?
MA.- Me gustaría mejor pensar que hemos estado indagando y replanteándonos la idea de presencialidad, o bien, expandiéndola. Es decir, si algo nos ha enseñado la pandemia es que hay otras posibles presencias más allá del cuerpo-humano presente, “materialmente tangible”. Claro que el formato digital es otra posible manera de entender la presencia y lo he aplicado, pero mi práctica en estos meses ha estado más avocada a evocar la presencia desde la experimentación sonora y la telepatía, la verdad. Todas son formas de estar presente y ninguna puede sustituir o reemplazar a la otra. Son distintas.
J: ¿En cuanto a tu proceso creativo, has desarrollado algún proyecto en relación con la pandemia?
MA: Sí. Específicamente he desarrollado dos proyectos muy breves, uno fue un proyecto en línea muy íntimo con un grupo de diez mujeres que no se dedican al baile o la coreografía. Fue un proyecto que me parecía muy urgente hacerlo con mujeres, quienes, a mi forma de ver, habían (han) llevado la mayor parte de carga de ejercer cuidados en la pandemia –o así ha sido mi experiencia–. Quería abrir un espacio para todas nosotras y re-conocer nuestros cuerpos, averiguar-liberar su potencial –de baile, de goce, de sensualidad– y así sentirnos cuidadas. Duró dos meses y le llamé Pequeñas Danzas para reforestar el mundo.
Otro proyecto que hice y disfruté mucho que no nació en relación con la pandemia, pero que desarrollamos en el marco de ésta fue Dunkelkammer Sessions, curado por Fernando Vigueras y Gabriela Gordillo. En este proyecto tuve un diálogo sonoro con la artista digital española Marta P. Campos –con quien generé una complicidad muy bonita– y era algo que nunca había hecho, que me puso en jaque y ¡me encantó! Para mí fue como un diálogo-coreográfico-sonoro.
J.- ¿Crees que se modificarán las prácticas y el campo artístico después de esto?
MA.- Están siendo modificadas y se quedarán ciertas prácticas de conectividad que han sido reveladoras, pero también volveremos a las otras, porque hay urgencia de encontrarnos de esa otra manera en que nos hacíamos presentes. También siento que el campo está golpeadísimo. Y no me refiero solamente a lo económico. Su agencia social ha sido por demás mermada –no se diga en México– y hay ahí un dolor que tendremos que atender. Sanar y fortalecernos juntos.
J: ¿En qué proyectos estás trabajando ahora y cómo influyen la pandemia y el confinamiento en ello?
MA: Estoy escribiendo la partitura de Maravatío (una partitura coreográfica para el cuidado, encuentro y juego en colectivo) para una publicación futura de Espacio Liminal, curada por Silverio Orduña.
En realidad es un proyecto que hice en el 2018 y la pandemia y el confinamiento me hacen preguntarme cómo será nuestro ánimo colectivo en el momento –cuando llegue [?]– de que podamos estar juntos otra vez en un espacio público. Esta pregunta ha hecho que escribir la partitura me esté tomando mucho esfuerzo. Mi cuerpo está un poco en el limbo.
También estoy colaborando/asesorando al artista Ernesto Morales en su proyecto )(, que es una partitura de movimiento que generó durante el tiempo de confinamiento, inspirada en los espacios de su casa.
Con Ernesto he notado que andaba anquilosada en una forma de “pensar el mundo” y que estoy empezando a retomar mi “forma coreográfica” de pensarlo. Es claro también que estamos pudiendo colaborar porque somos solo dos personas que nos vemos dos veces a la semana en un parque y es un contraste a la manera como yo venía trabajando –en colectividad–.
Estoy con dos incipientes ideas, una telepática y otra que tiene relación con el cielo, pero solo están ahí porque noto que mi energía por el momento solo está para las dos cosas que antes mencioné y para tratar de estar bien y de cuidar a los míos.
J.- Por último, ¿nos podrías recomendar alguna playlist, podcast, libro, película, serie o actividad que te haya ayudado a sobrellevar este encierro?
MA:
- Bailar en la sala canciones que me gustan
- Meditar
- Salir a caminar e intentar hacerlo en un parque o al Bosque de Chapultepec (ha sido muy sanador)
- Podcasts de Radio Ambulante. Podrían empezar con algo ligero, como “Los flequilludos” J
- Ver videos de pandas bebés –o cualquier animal bebé- jajajaja
- Leer poesía (Yaxkyn Melchy, Mark Strand, Kim Addonizio, Javier Peñalosa M, entre otros)
- Pintar mi casa a brocha
- Esta miniplaylist tiene d e t o d o, según el ánimo:
Woo – Erykah Badu
Cuando Perriabas – Bad Bunny
You’re too Precious – James Blake
Rompe Rodillas – Guaynaa
País Nublado – Helado Negro
Intuition – Feist
P FKN R – Bad Bunny, Kendo Kaponi, Arcani
Good days – Sza
All I need – Niia
I don´t care – Park Hye Jin
Agüita – Gabriel Garzón-Montano
Triion II – Alva Noto & Ryuchi Sakamoto
Lose Control – Elijah Waters
y Debussy, siempre Debussy.
Gracias.
FB: Mariana Arteaga
Tw: @marianaarteaga