300+ días es un proyecto que registra la pandemia y busca visibilizar su efecto en el ámbito artístico y cultural.

Nombre: Yunuen Díaz

Disciplina // Transdisciplina: escritura/artes visuales

Semblaza:

Gestadora de proyectos de arte feminista con la colectiva Las Ruecas. Impulsora de los 16 días de artivismo contra la violencia de género. Ha colaborado en proyectos culturales en espacios como el Museo Memoria y Tolerancia, Casa del Lago, Centro Cultural de España en México, Museo de Arte Contemporáneo Juan Soriano, La Tallera del Proyecto Siqueiros, Museo de Arte Moderno, entre otros. Imparte cátedra en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos desde el año 2013.

Ha impartido talleres de arte y literatura en espacios como el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia y para la Secretaria de Cultura. Actualmente forma parte del cuerpo docente del Diplomado en Creación Literaria del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura que se imparte de manera virtual.

Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos (2015/Tierra Adentro). Premio Bellas Artes de Crónica Literaria Carlos Montemayor (2019/INBAL). Premio de Literatura Joven Delfina Careaga (2014). Doctora en Imagen, Arte, Cultura y Sociedad por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.Ha publicado los libros de ensayo: Todo retrato es pornográfico (2015), Sur, la verdadera historia falsa de la documenta 14 (2019), La feria de la carne, itinerarios subversivos del cuerpo en el arte contemporáneo (2012) y los poemarios: Vértigo y fruto (2008) y Aromarena (2010).

Jerónimo.- ¿Cómo has sobrevivido esta pandemia, has tenido apoyo por parte de alguna institución?

Yunuen Díaz.- Concursé en el programa Morelos Te acompaña, gané el apoyo, pero hasta la fecha no hemos recibido el estímulo; se suponía que lo entregarían dos meses después de publicar los resultados, ya estamos en 2021 y aún no dicen nada del pago. Según se rumora, el dinero sí bajó de la Federación, pero nunca nos llegó a los artistas. Fuimos muchos los beneficiarios, pero ninguno ha recibido el pago.

J.- ¿En tu disciplina artística qué estrategias se han implementado para sustituir o reemplazar la presencialidad?

YD.- Bueno, yo he seguido haciendo algunas actividades en espacio público, me parece muy importante que las mujeres sigamos activas en el espacio urbano porque veníamos de un movimiento y una visibilidad muy importantes, así que he seguido participando en muchas actividades presenciales: marchas, encuentros; con medidas de sanidad, claro, pero en presencia y acuerpadas. Por fortuna no me he contagiado de COVID-19. El 2 de noviembre hicimos una intervención con la colectiva Las Ruecas por las calles de Cuernavaca, fue muy emocionante. También he organizado muchas cosas en FB Live, en diciembre hicimos los 16 días de artivismos contra la violencia de género y he participado en montón de lecturas, conversatorios y demás actividades en línea.

J.- ¿En cuanto a tu proceso creativo, has desarrollado algún proyecto en relación con la pandemia?

YD.- Empecé a hacer video-poemas con gifs. Me daba flojera leer poseía frente al ordenador, así que usé gifs para hacer algunos video-poemas. Más que oponerme a la visualidad, quise aprovechar el poder del gifs, es un lenguaje fragmentario, pobre (diría Hyto Steyrl), pero es muy emotivo, un mensaje con solo texto es recibido con mucho menos intensidad, acompañado de un GIF surte mucho más efecto. Me di cuenta de ello en la relación con mis alumnos, amigos y camaradas; por eso pensé en usar los gifs para hacerlos decir algo inesperado.

En junio del año pasado también organicé el ciclo de performance feminista en línea: “Contingentxs”. Era necesario que el propio cuerpo estuviera presente con sus miedos, sus búsquedas y sus narrativas. Le puse “Contingentxs” en alusión a los contingentes de las marchas feministas y también a que recién comenzaba el confinamiento, que era una forma de contingencia.

En octubre del año pasado hice una instalación en la cocina. Así se quedó mi cocina un rato intervenida.

Por otro lado, comencé a hacer biblioterapia feminista en línea. Una serie de encuentros con escritoras para terapearnos con libros.

https://www.facebook.com/watch/live/?v=199195948111717&ref=watch_permalink

J.- ¿Crees que se modificarán las prácticas y el campo artístico después de esto?

YD.- Sí, creo que estamos aprendiendo mucho sobre cómo usar la virtualidad a nuestro favor. Esa es una de las grandes preocupaciones. Si bien en las redes sociales nosotros somos los productos (nuestros datos se venden), también buscamos cómo hacer que ellas funcionen para cuestionar nuestro presente e imaginar alternativas.

Por otro lado, he visto que ante las narrativas de muerte y enfermedad, proliferan ahora las búsquedas de la naturaleza y la vida. Mucha gente está abandonando la CDMX, o está buscando cómo hacerla vivible. Los huertos urbanos proliferaron en la pandemia, en fin. Veo que la ecoestética que ya había propuesto Felix Guattari, aparece ahora como algo imperativo.

Yo llevo mucho tiempo viviendo en Cuernavaca. Me quedé por acá porque encontré naturaleza, trabajo, amigas y una forma de vida un poco menos estresante y con otras preocupaciones: interés en sustentabilidad, luchas comunitarias, etc. Creo que esta búsqueda se está expandiendo en la pandemia, eso puede ser bueno. Aprender a vivir mejor sería fundamental. Me parece que estamos aprendiendo que muchas cosas no son necesarias y que, en cambio, otras, son realmente importantes. 

J.- ¿En qué proyectos estás trabajando ahora y cómo influyen la pandemia y el confinamiento en ello?

YD.- El año pasado solo pude concentrarme en proyectos pequeños o temporales. Ahora intento escribir más. La verdad sí es complicado trabajar en textos largos en confinamiento. Después de varias horas de compu dando clases, lo único que quiero es caminar, leer, salir al jardín, cocinar, hacer cosas sin el ordenador. Así que en ese sentido voy más lenta, pero trato de disciplinarme.

J.- Por último, ¿nos podrías recomendar alguna playlist, podcast, libro, película, serie o actividad que te haya ayudado a sobrellevar este encierro?

YD.- Releí mucho el libro Especies de espacios, también lo di a leer a muchos alumnos. Era una manera creativa de redescubrir la propia casa en pandemia.

Hago meditación. Es una práctica fabulosa para que el estrés de confinamiento no me rebase.

La verdad, las playlist del museo del Chopo fueron un gran acompañamiento. Me encantaron.

Gracias.

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