La memoria está hecha de materia hostil: ausencia. Esta es imposible de registrar, sólo se puede señalar la contradicción que entraña su existencia para luego negociar su significado. “Cuando te fuiste” no es, en estricto sentido, la presentación o registro de una memoria, sino la acción de producir algo parecido a un testimonio. Sí, detrás de esta producción está la materia hostil que constituye a la memoria, pero no es memoria, sino una deriva.
La memoria solamente se produce cuando se hace lenguaje, antes solo son ensoñaciones. Por su relación con la imagen y, en consecuencia, con la ensoñación, la pieza de Valeria Caballero, al igual que todas las obras que abordan la memoria, se vuelve tan familiar al espectador que este llega a confundirla con una anécdota de la vida personal de la artista.
Así como la imagen fotográfica parece una ensoñación que nos lleva a confundirla con el recuerdo, también es fácil confundir la necesidad compulsiva de fotografiar, que nace del fotógrafo, con la imagen resultante. Pero no, la imagen no es la compulsión de su autor, no es su herida, no es la calamidad que atraviesa, la imagen que produce el fotógrafo es otra cosa.
Sí, hay una herida detrás de todo esto; “Cuando te fuiste” tiene su origen en un recuerdo que lastima, pero la pieza es los 374 cuadros que contienen 69 imágenes realizadas con smartphone y una con cámara réflex digital, es los 141 cuadros en negro y los cuatro cuadros con texto. Todo esto situado en el espacio digital de una aplicación programada para funcionar exclusivamente en dispositivos móviles.
En el perfil de Instagram creado por la autora para su pieza cada cuadro del feed es la puerta entreabierta de una habitación inmaterial sobre una topografía distinta a la de una galería, museo o espacio expositivo físico. Sin embargo, no es tan simple como suponer que se trata de la sustitución de un espacio físico para exponer (galería/museo/calle) por uno digital (pantalla). “Cuando te fuiste” no es una exposición fotográfica.
Dos decisiones de la autora que enrarecen el uso convencional de la aplicación sugieren lo anterior: iniciar “hasta abajo” del feed y subir las imágenes; también al feed, antes de tener seguidores. La primera es una instrucción escrita en la Bio del perfil de la pieza que dice: Inicia “hasta abajo”. Para llegar “hasta abajo” hay que escrolear varias veces. Esta acción realizada con el dedo sobre la pantalla es el gesto que activa la obra, no lo es la mirada sobre las imágenes como normalmente pasa en esta red social o en una exposición fotográfica.
La otra decisión, montar las imágenes antes de tener seguidores, confirma la intención de desplazar el carácter fotográfico del proyecto a un segundo plano. Sin seguidores cualquier imagen que se suba al feed queda confinada a ese mismo espacio, no se distribuye. Durante la carga de imágenes estas no se mostraron en el feed de nadie, porque nadie seguía el perfil del proyecto. Entonces, mirar fotografías una a una, como una serie o secuencia, es irrelevante. Se dio prioridad al arreglo de imágenes en el feed. Después, se convocó para visitarlo, conocerlo y seguirlo.
En consecuencia, “Cuando te fuiste” no es una secuencia o serie de imágenes fotográficas. Lo que está montado se acerca más a la instalación. Por el uso no convencional de la aplicación, este trabajo podría tratarse como una obra para sitio específico, en la que el sitio específico es el feed y la instalación el arreglo de cuadros a partir de imágenes.
Pero hay otra cosa enrarecida, en el tipo de trabajo artístico in situ, el sitio donde se produce la obra es el mismo donde se exhibe y, en este caso, eso no está tan claro. El sitio de exhibición puede ser el feed, pero también puede ser el cuarto, la oficina o donde se encuentre el usuario mientras usa la aplicación. La idea de espacio se vuelve intermitentemente ambigua e irrelevante, en un momento es claro el rol del espacio y al siguiente no, como si no cesara de transitar entre lo definido y lo indefinido.
Este vaivén que resulta de la tensión entre el sitio físico y el digital, entre la fotografía y la instalación, entre la experiencia de la obra de arte y la memoria permiten leer en la pieza de Valeria Caballero la negociación que sostiene el pasado, representado por lo visual, y el presente moldeado por el uso de la aplicación. Al utilizar Instagram como un medio de producción, y no solo de exhibición, es la aplicación (y no la cámara) la que permite y limita el uso de los recursos del dispositivo móvil.
En ese sentido, este trabajo desplaza la discusión sobre lo fotográfico y en su lugar coloca “lo instagramático”. El dispositivo productor ya no es un objeto tangible, la obra del artista no se produce a través del teléfono móvil o cámara, sino de una aplicación.
Por último, “Cuando te fuiste” es parte de la discusión de los problemas y contradicciones que enfrentan los museos y galerías hoy, en un mundo que transita una pandemia, cuando se hace más evidente que el aura del espacio expositivo físico se tambalea. Dejo dos preguntas: ¿cómo expondrían una pieza así los museos? y ¿tendría sentido ir a una sala de museo a scrolear un smartphone si puedo hacerlo desde el mío? El espacio expositivo físico no dejará de existir, pero su paradigma actual (representar/legitimar/salvaguardar) será cada vez más difícil de realizar y menos relevante.
Instagram: Cuando te fuiste