El trabajo en el siglo XXI se ha transformado. Las fábricas han abandonado poco a poco la fuerza y la potencia de la mano de obra, para sustituirlo por máquinas; sumando a estos robots automáticos, han integrado toda una maquinaria humana con su potencial creatividad, innovación y empatía. Ahora, como afirma Bifo (2003): “El modelo productivo que se dibuja en el horizonte de la sociedad postmoderna es el Semiocapital”.
Esta “nueva economía” basa su modelo en el primitivo mundo del arte moderno, en el que se: “…privilegia cualidades tales como la elocuencia, las habilidades comunicativas, la creatividad y la autenticidad, a la vez que incentiva el pensar en términos de proyectos, la flexibilidad de horarios, la movilidad física y mental, y los contratos temporales o la ausencia de los mismos.” como afirma Pascal Gielen.
Así, en este “nuevo capitalismo” ser libre y creativo son dos herramientas indispensables para existir; pero ¿es en verdad el ámbito creativo una de las potencialidades del semiocapital? ¿Los creativos y artistas viven hoy en mejores condiciones? ¿En México es posible vivir como artista?
Post-trabajo. Derivas sobre la precariedad laboral es un proyecto que explora el trabajo en el siglo XXI, entendiendo que el post-trabajo es un concepto que habla sobre la muerte del mundo conocido del trabajador y la erosión de una forma monolítica del trabajo, que apunta al replanteamiento y construcción del mismo concepto de trabajo. Por medio de una serie de entrevistas a artistas, creativos y docentes deseamos visibilizar y reflexionar sobre la precariedad laboral. Las entrevistas fueron realizadas en los lugares de trabajo, vivienda y vida cotidiana de los participantes, siguiendo un cuestionario previamente revisado por un grupo de especialistas. Los participantes fueron elegidos aleatoriamente, siempre que cumplieron el perfil deseado.
1 deriva: Vivir del cuerpo
Mar Mijangos nunca había hecho danza ni se le había pasado por la cabeza; cuando tenía 19 años y estaba estudiando filosofía tomó su primera clase, fue cuando se dio cuenta que tenía que dedicarse a la danza. Años después, se diplomó como bailarina; viajó a Alemania para ver a una de las grandes figuras y ver si podía trabajar con ella. Siguió estudiando, haciendo cursos y entrenando. En algún momento tuvo un accidente y no pudo seguir; se diplomó entonces como maestra de danza y actualmente vive de las clases que da. Tiene grupos de niños y da clases individuales a adultos. A veces también da clases en academias de baile a profesionales, pero obtiene más recursos con la escuela que tiene montada.
Foto de portada: David Flores Rubio
Coreografía: Renée de Pedro