Francisca Viveros Barradas (1947-2025), mejor conocida como Paquita la del Barrio, es una de las figuras más icónicas de la música popular mexicana. Su estilo inconfundible, sus letras directas y su actitud desafiante hacia el machismo han convertido sus canciones en “himnos” para muchas mujeres. Aunque su discurso no se desarrolla desde una perspectiva feminista, su obra resuena con las luchas de las mujeres en un contexto de desigualdad y violencia de género.

Paquita irrumpió en la escena musical en la década de los ochenta con canciones rancheras que desafiaban el papel tradicional de la mujer en la sociedad mexicana. En un género dominado por figuras masculinas y letras que a menudo reforzaban la sumisión femenina o exaltaban el desamor desde una óptica del heteropatriarcado, sus canciones ofrecieron una narrativa distinta.

Una de sus canciones emblemáticas fue “Cheque en blanco”, escrita por Emma Elena Valdelamar Casarín (1925-2012) y que décadas atrás fue interpretada por Consuelo Silva (1922-1988), conocida como Chelo Silva, una cantante de Brownsville, Texas, Estados Unidos, que se especializó en los géneros del bolero y la ranchera.  

La carrera de Chelo Silva se desarrolló en el ambiente de la frontera entre México y Estados Unidos, moviéndose constantemente entre ambos lados del Río Grande, donde se desarrollaba la vida nocturna durante las décadas de 1940 a 1960.  Influenciada por las canciones rancheras, los boleros de Chelo Silva exploraban las facetas más oscuras del amor con historias ambientadas en lugares marginales, por lo que la llamaron la «reina del arrabal”. Sus letras reivindicaban un tipo de mujer que distaba mucho del modelo sumiso y complaciente que predominaba en aquellos años; quizá por eso y por ser chicana su música no logró acceder plenamente a los circuitos de la industria musical mexicana. Sin embargo, esto no impidió que sus canciones sonaran constantemente en las radios y las rocolas de los locales nocturnos, ni que fuera considerada una especie de ángel guardián para muchas mujeres. En el ámbito de la frontera norte, Chelo es vista como un ejemplo de  feminismo práctico y resistente, ejercido en entornos profundamente marcados por el machismo.

El encuentro entre Paquita la del Barrio y Chelo Silva fue fortuito. Se cuenta que un día Paquita revisando el auto de su esposo en busca de indicios de una posible infidelidad, encontró un casete de Chelo Silva, y al escuchar “Cheque en blanco” sintió que aquella canción expresaba a la perfección su propio dolor, y, así, estas dos figuras icónicas de la música popular se unían.

Las dos cantantes abordaron en sus repertorios temas relacionados con el amor, el desamor, la traición y la fortaleza femenina. Chelo Silva y Paquita la del Barrio, aunque diferentes en estilo y época, compartieron la capacidad de conectar con su audiencia por medio de la honestidad y la fuerza de sus interpretaciones. Ambas representaron la voz de la mujer en contextos donde el amor, el dolor y la lucha eran temas centrales y dejaron un legado que continúa inspirando.

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