«Je suis un menteur» (Soy un mentiroso) y L’art est inutile» (El arte es inútil), son dos de las piezas más emblemáticas del artista Ben Vautier (Nápoles 1935- Niza 2024), conocido simplemente como Ben, quien fue una de las figuras más influyentes desde la década de los 60 en el arte contemporáneo por su carácter provocador y sus mensajes directos.
Sus orígenes como artista se remontan a finales de los años cincuenta en el Nuevo Realismo, junto con Yves Klein y Arman, entre otros. Formó parte de la Escuela de Niza y reivindicó la herencia de Marcel Duchamp en términos de cuestionamiento de la idea de arte. En 1964, conoció a Fluxus lo que dotó a la obra de Ben de un espectro multifacético abarcando performance, pintura, escritura y la instalación. Los conceptos que se repiten en su obra son el ego y el etnismo: el primero cuestionando la mera existencia, el querer estar vivo y, por supuesto, el ser artista. El segundo, tratando de afirmar la especificidad de todos los pueblos del mundo, la cual el colonialismo eurocentrista sigue queriendo sofocar.
Una de las características más distintivas de su obraes el uso del texto como materia, sus primeras piezas consistían en frases escritas a mano, a menudo en francés, que planteaban preguntas y hacían afirmaciones provocativas que invitan a la reflexión. Este uso del lenguaje convierte cada pieza en un diálogo abierto con el espectador en el que Vautier exploró temas sociales y políticos utilizando el arte para la crítica y la concienciación. Su capacidad para abordar temas complejos con una simplicidad engañosa ha hecho que su trabajo sea accesible y profundamente impactante.
En el 2023 presentó en el MUAC la exposición: Ben Vautier: La muerte no existe, en la que se exhibieron sus obras más significativas y presentó una serie de textos en náhuatl. Ferviente defensor de la democratización del arte, en su obra apeló por hacer que el arte sea accesible para todos, desafiando la idea de que el arte es solo para una élite educada. Su insistencia en que cualquier cosa puede ser arte y que cualquiera puede ser artista ha ampliado los límites de lo que se considera arte contemporáneo. Sirva este texto como homenaje.