Y aun así
imagino su nombre
Julia
como si ya existiera.
A Julia la voy a cuidar
le voy a enseñar
lo que las mujeres
aprendemos solas.
Le voy a mostrar cómo defenderse
la voy a dejar decir
y maldecir
y protestar.
Julia aprenderá a no disculparse
por su cuerpo
por sus deseos
por lo que no desea.
Ella sabrá
que su placer importa
que su sangre es bella
que es poderosa.
Aunque jamás la conozca
pienso bien
aquello que le diría.
Para que no sea
una niña rota
para que no la violen
para que no la callen
para que no la maten.
Julia es mi hija
aunque no la tenga.
Creo en ella
creo en una mujer
a la que no le cueste tanto
ser mujer.
Que no le cueste
su cuerpo
ni su silencio
ni su vergüenza.
Que tarde menos en saber
que es una diosa
un ave libre
un volcán
y que haga erupción.