En Cholula existen otras pirámides además del Tlachihualtepetl, el “Cerro hecho a mano”, relacionado con el culto a Tláloc que hoy es conocido como “El Cerrito” y Santuario de la Virgen de los Remedios. Una de esas otras pirámides es invisible para la mayoría de los habitantes de la ciudad, pero aun si no la conocen, están conectados a ella por los miles de toneladas de desechos que le llegan dentro del Basurero Intermunicipal de Cholula, un proyecto turbio que ha destruido el ecosistema a su alrededor. Esa pirámide es tóxica. 

Por fortuna, la Unión de Pueblos y Fraccionamientos Contra el Basurero y en Defensa del Agua clausuraron el basurero el 21 de marzo pasado ante lo que consideran un ecocidio regional. Gracias a una convocatoria del voluntariado para reforestar los alrededores de aquel basurero podemos conocer el lugar que se ubica en la carretera hacia San Andrés Calpan, un lugar característico por su agricultura y sus chiles en nogada. 

Es domingo, la carretera llena de ciclistas que pasean bordea el cerro Zapotecas y se adentra en un valle verde por las lluvias del verano cubierto por milpas y árboles frutales. Los volcanes nevados se ven al fondo y más cerca, como a un par de kilómetros, se observa el cerro El Tecajete arrasado por una mina de grava que vendía la piedra en toneladas que costaban menos de mil pesos. 

El camino se topa con barricadas formadas por llantas. Para seguir, los autos deben tomar un camino de terracería. Tras las barricadas se distingue el basurero, es una nave industrial con techos de lámina rodeada por rejas y muros de cemento manchados de grasa. Afuera, las bardas han sido intervenidas con pintas que, entre muchas sandías símbolo de apoyo a la causa Palestina, dicen: “El Cerrito de la Basura, ¿sabías que al día pagamos $53,000 pesos por rentar camiones recolectores de basura en San Pedro Cholula”, “La aventaron su chayote al cerdo, oink, típico poblano”, “Palestina libre”, “Luchar por la vida no es un delito ¡Alto al basurero de la muerte!” y “LOS PUEBLOS CHOLULTECAS NO SOMOS BASURERO”. 

Tras los muros está la pirámide de basura cubierta con una capa de tierra y rodeada por un silencio cargado de tensa calma. Don Migue sale a recibirnos desde una casa de lámina donde los vecinos montan guardias. Tendrá unos sesenta y tantos años, viste un pantalón de vestir color beige, una playera y cachucha roja. Lo saludamos junto al esqueleto de una motocicleta recargado en un poste. Le preguntamos si era la moto de algún policía. 

––La moto era de un compañero que estaba apoyando. Fue una de las pérdidas, además de dos o tres coches a los que les quebraron sus parabrisas esos güeyes. Sí hubo tiros, allá hubo tiros, venían a partírnosla. En el piso quedaron los casquillos de nueve milímetros.

El relato de don Migue se remonta al 30 de abril del 2024, cuando luego de que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) retirara los sellos de clausura del lugar, varios camiones llegaron para seguir descargando residuos, escoltados por la Guardia Nacional además de policías estatales y municipales. El sitio se encontraba lleno de mujeres, niños, ancianas y hombres, quienes resultaron víctimas de una represión cuyo saldo se contó en varias personas heridas, tres personas detenidas arbitrariamente (liberadas horas después) y varios vehículos destrozados. Además, la población conserva treinta casquillos calibre nueve milímetros y R15 como pruebas de los hechos. Amnistía Internacional se pronunció a favor del derecho a la protesta y el gobernador de Puebla declaró que habría sanciones contra los pobladores. 

—¿Le hicieron algo más fuerte a alguien? —pregunto.

—Sí los golpearon, al compañero de la moto lo descalabraron, ya se lo llevaban pero se apendejaron y se brincó en el terreno, pues como él sí conoce el lugar se brincó la zanja. Ya después entre todos armamos una coperacha para reponer la moto.

Don Migue responde aludiendo a la solidaridad característica de la comunidad. Y ya entrados en confianza le pregunto: 

––Oiga, ¿y ahorita que ya no están echando aquí la basura a dónde se van todos los residuos? 

—A Chiltepec, allá por Puebla, pero no sé dónde está. Pero aquí ya no porque esos güeyes cobran por cada viaje de los tráileres que estuvieron metiendo de México, de Oaxaca y no sé de qué otro estado. Y con los dados de doble caja llenos, por eso hicieron ese pinche desmadre. ¿Entonces cuál iba a ser una planta tratadora o recicladora? Se fueron parejos metiéndolos como venían. Ese es el negocio. Además, dicen que ahí vienen cosas de los hospitales y todo eso. Entonces ya todo el basurero está cerrado, nomás están adentro los vigilantes.

Don Migue se refiere a las anomalías que la gente ha denunciado por parte de la empresa que administra el basurero que “oficialmente” recibe los desechos de veintiún municipios.  

—¿Y cómo cuánta gente se armó aquella vez para defender el lugar?

—Éramos como trescientas personas de aquí de Calpan, de Atzala, de Coapa… Sonaron las campañas y se descolgaron. Y allá en San Diego, en San Cristóbal también se juntó la gente. O sea, ya estaban acorralados los güeyes, venían armados y todo. Ni el pinche gobernador ni el secretario se presentaron. Por eso fuimos hasta México a hacer una manifestación. Y allá nos dijeron que no sabían nada de lo sucedido, nomás que ya habían clausurado el basurero. Y el gobernador junto a los presidentes municipales… esos ojetes firmaron que ya estaba bien y ya venían de vuelta con los camiones, pero nosotros ya no lo vamos a dejar. Y nos vamos turnando. Hoy me quedé toda la noche y estamos organizados para que toda la gente sepa y se descuelgue de volada –responde don Migue. 

La gente se organizó después de que observaron cómo los lixiviados del basurero, es decir, los escurrimientos líquidos de los residuos, están contaminando los mantos acuíferos del terreno donde fue instalado en el 2016 por ProFaj Hidro Limpieza, una empresa fantasmal asociada a Grupo CIPA que tiene la concesión del lugar y desde el primer año de operaciones ha sido señalada por el incumplimiento de las normas, por falta de transparencia, por los contubernios entre personajes que saltan de lo público a lo privado avalados por gobiernos viejos y actuales, tal como lo relatan múltiples notas periodísticas y el informe ¿El cártel de la basura? Relaciones de poder y laberintos legales en el basurero intermunicipal de las cholulas. 

—Es que, mire, por ejemplo este terreno, bueno este cachito, nos lo está prestando un vecino y nos comenta que antes de estos árboles no sé cuántas cajas de pera levantaba, eran creo que más de quinientas, y ahora ya es ganancia si levanta unas diez o quince cajas porque el mosquerío se come la fruta… Y es que es lógico por toda el agua que corre y por los gases que despiden los desechos. Rascaron ahí y vieron que los residuos ya casi llegan al agua. Por eso nuestra inconformidad, los jugos de la basura se filtran al agua. Pero para el gobernador eso no es cierto. Juan Carlos Valerio, el periodista, dice que no, que no hay nada. Pero ahí están las casas del Fraccionamiento Las Garzas, a menos de un kilómetro de acá. Los vecinos dicen que hace tres años metieron una demanda por el olor, pero no les hicieron caso, sólo les respondieron que todo el basurero estaba avalado por la Semarnat y la chingada… Y pues sí está avalado, pero a su conveniencia. El dueño es Cuauhtémoc no sé qué, Cuauhtémoc Ochoa, él mismo se dio el permiso cuando era funcionario de la Semarnat con el gobierno de Peña Nieto y ahora está con los de Morena. Pero el abogado ya checó y no hay permisos como deben de estar en regla. Ese cabrón es el que hizo todo el chanchullo. Entonces en las medidas el basurero tampoco checó y él lo dio de alta desde el 2015, hace casi ya diez años. De hecho, cuando lo inauguraron, los vecinos de Calpan vinieron a echar bronca, no lo querían, pero trajeron a los granaderos. Y en ese entonces no pidieron apoyo, pero ahorita ya somos todos, creo son veintiún municipios más los fraccionamientos. Así que le digo, vamos a seguir. 

La conversación con don Migue termina cuando otro grupo de voluntarios llega a saludar e instalarse para comenzar la siembra de árboles. Mientras se preparan para comenzar dentro de la casita de láminas, uno de los compañeros muestra un video desde su celular. Es sobre la inauguración del basurero en los tiempos del morenovallismo. En la pantalla se ve a un ingeniero español en medio de la alharaca protocolaria inaugural hablando sobre los supuestos beneficios que iba traer la nueva tecnología recicladora, como unas membranas de polietileno de alta densidad para evitar que los desechos contaminen la tierra que nunca se hicieron realidad.

Las nubes nos salvan por momentos del calor del sol del mediodía. Sembramos los árboles siguiendo una hilera de agujeros separados por tres metros de distancia y que corre en paralelo con la pirámide tóxica en cuyas laderas hay botes metálicos incrustados, aparentemente funcionan para ventilar el gas metano que emana de los desechos sólidos. Los botes son parte de las medidas paliativas de último momento hechas por la empresa ante la inminente clausura del lugar hace unos meses por parte de la Profepa. 

Nos repartimos palas, picos y una barreta para abrir la tierra dura que despide un olor extraño conforme excavamos. El olor se torna insoportable entre más nos acercamos a un charco de agua color ocre y a un inmenso agujero donde se pensaba continuar el basurero, cuya vida útil está siendo evaluada, pues se estima que ha sobrepasado sus capacidad en dos hectáreas y estudios de impacto ambiental.

Los compañeros hablan sobre cómo algunas de las raquíticas medidas paliativas de parte de la empresa que lleva el basurero cuando se dio la orden de clausura del proyecto por parte del Juez Segundo de Distrito, fueron “controlar la fauna feral” del sitio, con lo que sacrificaron muchos perros infestados de tumores que habitaban en los alrededores. Además, nos enteramos que unas semanas después de iniciada la toma del lugar apareció un cadáver humano decapitado y “embolsado” en las inmediaciones, y hubo ciberataques contra las cuentas en redes sociales de los pueblos e incendios provocados alrededor del basurero.

¿Cómo afrontar y, más aún, resolver el complejo problema de la basura cuando las decisiones están en manos de oportunistas rapaces?, ¿cuál sería un escenario de solución al problema de este basurero?, ¿cuántos basureros en todo el país estarán en las mismas condiciones de ilegalidad? se preguntan los voluntarios movidos por la experiencia e inspirados por los pueblos de Cholula organizados en varios frentes para defender su territorio ante la imposición, la discriminación y el despojo.