Mira bien: lo que  ves es todo lo que es.

Jorge Solís Arenazas

I

Tenemos un cierto afán por poseer. Ser dueños, creadores, tener un legado, dominar una porción del mundo. El mundo entero si se pudiera. La fotografía nació un poco por ese afán. Poseer en un objeto material una imagen, una pequeña porción de la realidad, del mundo.

El fotógrafo se inició como el dueño único de un nuevo saber, de una nueva tecnología que ya no dependía solo de sus capacidades plásticas, si no del manejo y control de un dispositivo. Involucraba a la ciencia, a la física, a la química. Eso mismo que parecía alejar al fotógrafo del arte le acercaba a la magia.

Hoy cumplimos el sueño que Eastman, fundador de Kodak, tenía en el siglo pasado: “presione un botón, nosotros hacemos el resto”. Todos somos fotógrafos, es el nuevo manifiesto: casi todo el mundo tiene acceso a un dispositivo con el cual tomar una fotografía o grabar un video. La producción de imágenes se ha vuelto imparable.

George Eastman

Me cuestiono: ¿existe la fotografía después de la fotografía?

Algunos autores llevan casi dos décadas haciéndose preguntas como esa y como estas otras: ¿Cuál es la función de un fotógrafo profesional si cualquiera puede tomar una fotografía? ¿Es más importante el proceso creativo que la imagen resultante? ¿Son arte las fotografías tomadas con teléfonos celulares? ¿Qué pasa con el concepto de originalidad? ¿Con el de autor?

Las respuestas apuntan a una nueva noción: postfografía. Fotógrafos, artistas e investigadores como Clément Cheroux, José Luis Brea, Charlotte Cotton, Erik Kessels, Geoff Dyer, Martin Parr y Joan Fontcuberta utilizan dicho término para englobar ciertos procesos que involucran a la fotografía tal como la conocemos hoy en día: el uso de cámaras fotográficas digitales, el revelado digital (con Photoshop como el sumo sacerdote), apropiación de fotografías de internet, uso de imágenes de google maps para crear un discurso, las grandes producciones para construir una sola imagen, la fotografía construida o la puesta en escena, la reinterpretación de obras pictóricas, el uso de drones o dispositivos similares, el concepto de colectivos que diluyen al autor, la “refotografía” (fotografía de otra fotografía), fotografías sin uso de cámaras, en fin, los caminos que la tecnología y la creatividad permiten en nuestros días.

La cuestión del autor

Presentaré tres ejemplos, por un lado Richard Prince, por otro lado Erik Kessels y el del mexicano Ricardo Trabulsi.

El primero es un artista originario de Panamá que, actualmente, vive y trabaja en Estados Unidos. En 1977 presentó una fotografía titulada Untitled Cowboy, imagen que creó al tomar una fotografía de cuatro fotografías que habían sido publicadas en el periódico New York Times meses antes. Así se inició el debate sobre el tema de la autoría, los derechos de autor, la autenticidad, etc. Untitled Cowboy se convirtió en la primera fotografía en alcanzar el precio de un millón de dólares en una subasta (en 2005). Actualmente Prince, junto con la galería que lo representa se enfrentan a un nuevo debate. Este autor inició una serie titulada New Portraits, donde literalmente roba imágenes de Instagram de cualquier persona, de otros artistas, de modelos, de revistas de moda, entre otras, las imprime y las vende por 90 mil dólares.

Por otro lado Kessels, coleccionista y fotógrafo nacido en Holanda, en 2011 presentó la pieza 24 HRS IN PHOTOS, como una instalación donde se encontraban nada más y nada menos que todas las fotos impresas, en tamaño postal, que se habían subido a Flickr durante 24 horas. La instalación, además, permitía que los espectadores interactuarán con las fotografías, podían caminar sobre ellas, sentarse, tomarlas, incluso jugar en el espacio intervenido. La intención de éste autor era hablar sobre como las imágenes privadas se convierten en públicas al instante en que se comparten en la “nube”, habla también sobre la gran producción de imágenes en la que nos encontramos ahora, habla además de su propia obsesión de coleccionar imágenes de otros.

En México, durante la XI Bienal de Fotografía convocada por el Centro de la Imagen (2004), Ricardo Trabulsi presentó a concurso su pieza Sergio. Dicha pieza se trataba de una colección de fotografías que Sergio, su asistente, se había estado tomando con los “famosos” que pasaban por el estudio de Trabulsi, quien a su vez descubre casi por accidente la colección que Sergio guardaba en su casa.

En este caso, el autor de Sergio, crea una pieza a partir de fotografías que no tomó y que no pertenecían a una colección suya. Dicha pieza obtuvo una mención honorífica y se convirtió en una de las primeras obras fotográficas que generaron un debate sobre el tema de la autoría en la fotografía contemporánea mexicana.

II

Antes de la época de la producción en serie, todo se producía de manera única e irrepetible. Lo mismo ocurrió cuando se inventaron los primeros dispositivos para tomar fotografías. Dichos dispositivos, a su vez, provenían de un invento que estaba revolucionando la forma de entender la pintura, la imagen y el uso de la luz: la cámara oscura.

Cada uno de los inventos de Joseph Nicephore Niepce, Louis Jacques Mande Daquerre, William Henry Fox Talbot, Antoine Hercules Florence o  Hippolyte Bayard eran procedimientos únicos con diferentes tipos de cámara, emulsión, soporte y resultados. La invención de Daguerre, por ejemplo, se llamaba “daguerrotipo”, Bayard llamaba a sus imágenes resultantes “dibujos fotogénicos”, Talbot patentó el “calotipo”, Niepce le llama su proceso “heliografía” (dibujos al sol), o el “colodión húmedo”, proceso que se disputa su invención entre Louis Menard, Gustave Le Gray y Frederick Scott Acher, y que combina los procesos del daguerrotipo y el calotipo. Algo como lo que sucede hoy con la “iphonografia”.

Pero volvamos. Antoine Hercules Florence (Brasil, 1830) fue el primero en acuñar el término “fotografía”, que rápidamente fue aceptándose en Europa hasta llegar a consolidarse en las últimas décadas de 1800. Etimológicamente se define como escribir con luz.

Antoine Hercules Florence

Técnicamente hay tres elementos en juego para denominar a algo fotografía: un dispositivo tecnológico, la presencia de luz y una imagen resultante. Con ello en mente podemos advertir que dicha descripción podría contemplar múltiples formas de obtener una fotografía. Y así ha sido para quienes se ha determinado llamar postfotógrafos:fotógrafos sin cámara, fotógrafos que hacen sus propias cámaras, artistas que utilizan el escáner o dispositivos móviles (smartphones, tablets, laptops), fotógrafos que crean piezas digitalmente y que han originado grandes debates sobre lo que debería llamarsefotografía.

Quizá ésta forma de crear fotografías representa la búsqueda de producir imágenes de manera única e irrepetible, tal como se hacía antes de la revolución industrial de las cámaras fotográficas, poco antes de que empresas como Leica o Kodak, comenzaran a desarrollar cámaras de manera masiva. Canon, Nikon, Fujifilm, Pentax, Panasonic, Polaroid, se volvieron los principales proveedores de dispositivos y de pronto solo las imágenes producidas por éstos dispositivos (cámaras) pudieron ser llamadas fotografía.

La cuestión  del dispositivo

Revisemos algunos casos: Susan Derges en los 90’s trabaja directamente sobre el papel fotográfico, con largas exposiciones nocturnas en una interacción directa con el paisaje, tal como podemos verlo en sus series River Taw y Under the moon. Por otro lado Josh Lake y Luke Evans, en 2012 crean la pieza Inside out en la que tragan película de 35 mm, la digieren, la limpian, la observan con un microscopio electrónico y la imprimen.

En 2008, Daniel Armengol (Barcelona), escaneó su cuerpo parte por parte para crear un autorretrato a escala real. Creando una pieza visual y creativamente impactante. En México los grupos más puristas, aún debaten si eso debe o no llamarse fotografía. Mientras que en flickr podemos encontrar grupos solo dedicados a la producción de imágenes solo con escáner: scan group, scan it!, scanned objects, scanner abuse, por ejemplo.

Chris Mc Caw, es un fotógrafo norteamericano muy interesado en la historia de la fotografía y en la forma que producían sus imágenes personajes como Niepce, Talbot o Muybridge. Trabaja con cámaras que el mismo construye y utiliza el lente “como una lupa para quemar una hoja o hierba seca”, de acuerdo con sus propias palabras. En su proyecto Sunburn (2010) podemos observar que tras una larga exposición, el sol quema directamente el papel fotográfico, trazando así una línea de movimiento .

https://youtu.be/jOtHyQPhpbI

Drew Nickonowicz, es otro fotógrafo norteamericano, que tiene un proceso de trabajo muy particular: por un lado trabaja en la construcción de cámaras de gran formato mediante impresión 3D, inspirado en las primeras cámaras que hicieron los padres de la fotografía; por otro lado aborda el tema del paisaje contemporáneo a partir de varias posturas:el acceso ilimitado a cualquier lugar gracias a la tecnología, la construcción digital de imágenes, apropiación de fotografías de internet, su vínculo con la historia (de su país y de la fotografía), y por otro lado une la cultura de los videojuegos con la producción fotográfica (por favor revisar su serie animada a partir de Minecraft).

En su serie This world and others like it, encontramos la fotografía de Neil Amstrong al pisar la luna; es una fotografía que tomó frente a su computadora y a la cuál tituló con las coordenadas exactas donde se encontraban los astronautas en ese momento. Es una fotografía de una fotografía, a la cuál puede acceder gracias a la tecnología dice el autor.

La fotografía encuentra un nuevo hogar. La fotografía después de la fotografía no existe, muta, miente, toma prestado, cambia, roba, dice lo que la cámara no puede.