
Dentro de la escena underground de la segunda mitad del siglo XX uno de los artistas más transgresores y avant-garde es sin duda Genesis P-Orridge (nacido como Neil Andrew Megson en 1950 y fallecido el 14 de marzo de 2020). Su trayectoria abarcó música, performance, literatura y artes visuales, y estuvo marcada por una posición política radical, además de la búsqueda constante de la disolución de las fronteras entre el arte y la vida, el género y la identidad, con la transgresión como pilar fundamental.
Para entender la trayectoria de Genesis P-Orridge es necesario irnos a Inglaterra a finales de la década de los sesenta, a 1969, en donde P-Orridge fundó COUM Transmissions, un colectivo de performance art, experimentación e improvisación musical inspirado en el dadaísmo y en la psicodelia, que funcionó hasta 1976. Ese año, junto con Cossie Fani Tutti, Chris Carter y Peter Christopherson, fundaron el grupo de música experimental Throbbing Gristle, pioneros del naciente movimiento industrial y cuyas letras servían para cuestionar las estructuras de poder, la vigilancia y la conformidad social. Más tarde conformaría Psychic TV (1981-1999), un grupo de música, videoarte y performances que, de manera más radical, buscaba desdibujar las fronteras entre el arte y la vida, lo sagrado y lo profano, lo personal y lo político.
La transgresión en el trabajo de P-Orridge no era un fin en sí mismo, sino un medio para explorar y expandir los límites de la experiencia humana. A través de sus piezas (performances perturbadores, música experimental) P-Orridge buscaba liberar al individuo de las restricciones impuestas por la sociedad y abrir nuevas posibilidades de existencia.
Uno de los aspectos más fascinantes de la transgresión en el arte de P-Orridge fue su capacidad para combinar lo personal con lo político. El ejemplo más significativo de ello se comenzó a gestar a mediados de la década de 1990, junto con su pareja Lady Jaye Breyer, cuando iniciaron un proceso de transformación física, emocional y filosófica para convertirse en una única entidad pandrógina. El concepto es un término que fusiona las palabras pandrogeny (“pandrogenia”) y androgyny (“androginia”).
The Pandrogyne Project implicó cirugías plásticas, cambios en la apariencia y una profunda conexión emocional y espiritual entre ambos. Este proyecto no solo fue una exploración artística, implicó también una transformación personal y filosófica que desafió las nociones convencionales de género, identidad y corporalidad. Pandrogyne Project se basaba en la idea de que el género es una construcción social y que, mediante la modificación corporal y la fusión de identidades se podía trascender las limitaciones impuestas por el binarismo del género. El objetivo de Pandrogyne Project no era simplemente borrar las diferencias de género, sino crear una nueva forma de ser que existiera más allá de las categorías binarias. P-Orridge y Lady Jaye Breyer se referían a sí mismos como «una persona en dos cuerpos», y su unión fue tanto una declaración artística como un acto de amor y devoción. En 2007, Lady Jaye murió, pero aun así, el proyecto siguió hasta la muerte de Genesis.
Este proyecto puede verse como una encarnación física y artística de lo no binarix, ya que buscaba disolver las fronteras entre lo masculino y lo femenino, lo individual y lo colectivo. En ese sentido, Genesis P-Orridge fue un pionero en cuestionar las normas de género mucho antes de que el término «no binarix» se popularizara en el discurso mainstream. Para P-Orridge, el género no era una categoría fija o biológica, sino una construcción social impuesta por sistemas de poder. Esta idea se alinea con las teorías contemporáneas de género que argumentan que las identidades no binarias y fluidas existen fuera del binario hombre/mujer.
En el contexto de lo no binarix, la transgresión se convierte en un acto político y espiritual, al rechazar las categorías binarias, les no binarixs no nada más están afirmando su identidad, también desafían un sistema que busca controlar y categorizar a los individuos. P-Orridge entendió esto profundamente y utilizó su arte para crear un espacio donde la fluidez de género fuera celebrada y no temida.

Entre sus muchas contribuciones, La Biblia Psíquika (Caja negra, 2020) destaca como una obra fundamental que encapsula su filosofía, su visión artística y su búsqueda de una revolución espiritual. Este libro es una recopilación de escritos, manifiestos, collages y reflexiones que exploran la intersección entre el arte, la magia, la psicodelia y la transgresión que reflejan la filosofía de P-Orridge y su colectivo Thee Temple ov Psychick Youth (TOPY), fundado en 1981, una sociedad oculta con el objetivo de liberar los poderes que residen en la mente humana, que funcionaba como un agente propagandístico orientado a atraer nuevos adeptos a filtrar sus prácticas neochamánicas en la cultura popular, en los que participaron Soft Cell, Coil, Alternative TV, Skinny Puppy o Current 93. TOPY fue una red internacional de individuos que compartían una visión común de transformación personal y social mediante la magia, el arte y la transgresión.
El libro no es un manifiesto artístico y una guía espiritual, además de un manual para la transformación personal y colectiva. A lo largo de sus páginas, P-Orridge invita a los lectores a cuestionar las estructuras de poder, a liberarse de las limitaciones impuestas por la sociedad y a embarcarse en un viaje de autodescubrimiento y revolución interior. Los pilares de La Biblia Psíquika incluyen:
La magia como herramienta de transformación: P-Orridge veía la magia no como un conjunto de rituales esotéricos, sino como una práctica cotidiana de transformación personal y social. Para él, la magia era una forma de desafiar las estructuras de poder y crear nuevas realidades. En La Biblia Psíquika explora conceptos como el sigilo psíquico, una técnica que combina la visualización y la intención para manifestar cambios en el mundo material.
La transgresión como acto sagrado: la transgresión fue un tema constante en la vida y obra de P-Orridge. En el libro, argumenta que romper las normas sociales y culturales no es un acto de rebelión tanto como un acto sagrado que libera al individuo de las cadenas de la conformidad. La transgresión, en este sentido, es una forma de arte y una herramienta para la evolución espiritual.
La psicodelia y la expansión de la conciencia: influenciado por el movimiento psicodélico de los años sesenta, P-Orridge veía en las sustancias psicodélicas una herramienta para expandir la conciencia y explorar nuevas dimensiones de la realidad. En el libro reflexiona sobre el uso de estas sustancias como una forma de acceder a estados alterados de conciencia y de conectarse con lo divino.
El arte como vehículo de revolución: para P-Orridge el arte no era una forma de expresión y además un vehículo para la revolución personal y social. En La Biblia Psíquika argumenta que el arte tiene la potencia de desafiar las estructuras de poder, de inspirar cambios y de crear nuevas formas de existencia.

Además de su contenido filosófico y espiritual, La Biblia Psíquika es una obra de arte en sí misma. El libro está repleto de collages, imágenes y diseños que reflejan la estética única de P-Orridge, es un manifiesto para una nueva forma de pensar y vivir. Su influencia se extiende más allá del mundo del arte y la música, llegando a los pensadores, activistas y buscadores espirituales que buscan alternativas a las estructuras de poder y control.
En un mundo que a menudo busca categorizar y controlar, el legado de Genesis P-Orridge nos invita a imaginar un futuro más allá de los límites, donde la identidad, el género y el arte sean campos de exploración infinita. Su vida y obra son un testimonio del poder del arte para transformar no solo a los individuos, sino también a la sociedad en su conjunto. Genesis P-Orridge falleció en marzo de 2020, pero su legado perdura en la música, el arte y la cultura contemporánea. El proyecto de la pandroginia, en particular, ha tenido un impacto profundo en la forma en que entendemos el género y la identidad en el siglo XXI. En un mundo donde las conversaciones sobre la no binariedad y la fluidez de género son cada vez más comunes, el trabajo de P-Orridge se erige como un precursor visionario.